El sábado desayunamos requetebien en el hotel y nos fuimos a visitar Reñaca (población intermedia entre Concón y Viña). Parada obligatoria en la iglesia de Santa María donde se rinde culto también a San Expedito, desde que Bárbara nos lo presentó hace unos meses, Zuce le dirige toda clase de peticiones, que él ha cumplido religiosamente, nunca mejor dicho
Entrada a la iglesia
Además del interior de la iglesia, en la calle hay un santuario improvisado donde ponen miles de placas en agradecimiento a los favores concedidos por San Expedito
Se le acumula el trabajo al santo
En muchas zonas el tendido eléctrico no está enterrado, hay todo un paisaje de cables bastante peculiar y peligroso por la poca altura a la que están
Calle de Reñaca con sus cables, tráfico denso y casas al fondo, en los cerros
Después fuimos a comer a Concón a uno de los cientos de bares que hay por todo el borde costero. Resulta complicado aparcar por la estrechez de la carretera y te salen al paso aparcacoches "furtivos" que esperan propina tras darte las indicaciones oportunas, hay mucha gente que se gana la vida de ese modo. Está generalizada la petición de propinas a todos los niveles, en algunos sitios ya te las incluyen en el precio, siendo el 10% del total, hasta en el hotel, que era de cinco estrellas, cuentan con ello
Carretera de salida de Concón hacia Santiago
Las comidas más habituales de la zona son, machas (navajas) con parmesano, empanadas de camarones (gambas), paila marina (sopa de pescado con mejillones y cilantro), reineta (pescado blanco exclusivo de aguas chilenas, de aspecto parecido al besugo, asequible y de carne sabrosa), congrio y ceviche de pescado y de marisco (sin cocer, marinado en aceite y limón). Un plato/ración, suele estar entre 5.000 y 7.000 pesos chilenos (6 y 9 € aprox), normalmente se ofrecen con agregado (guarnición), a escoger entre arroz blanco, papas (patatas) cocidas, con mayonesa o fritas
Por la tarde recogimos a Bárbara y fuimos a tomar un café y pasear por Reñaca. Era festivo, el día de la Raza (día de la hispanidad o el Pilar para nosotros), en conmemoración del avistamiento de tierra americana por Rodrigo de Triana en 1492. El caso es que nos pasamos la tarde de atasco en atasco (de taco en taco, como dicen allí)
Taco por la calle Ositos
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