jueves, 24 de octubre de 2013

Extranjeros en Chile, la otra cara de la moneda - martes 15

El martes acompañamos a Vicen a Valparaíso. Circular por allí es harto complicado, no se ven bien los nombres de las calles, el tráfico es caótico y muy denso, los semáforos no quedan justo delante de ti, están enfrente, como en la siguiente calle o cuadra como dicen allí, por lo que no sabes para dónde mirar y si preguntas estás perdido, la indicación más habitual es algo así, "dos cuadras hacia allá y derechito no más", vamos, que llegamos al departamento de extranjería probablemente gracias a San Expedito

Vicente tenía que renovar su visa temporaria (permiso de residencia) y llevaba preparada toda la documentación que le indicaron en la visita anterior. Nos toca el turno sin esperar mucho, sobre las nueve y media, pero enseguida comienza el desastre, que este papel no, que necesito este otro, que esto te lo han dicho mal, etc. Después dar dos mil vueltas por diferentes edificios de la zona, para pedir de nuevo la documentación que ya tenía, hacer más fotocopias, hacer más fotos y demás, conseguimos salir de allí sobre las dos de la tarde
calle frente al edificio de extranjería

Dimos un paseo por las inmediaciones, donde encontramos locales antiguos muy chulos y vimos el trolebús, aunque es un medio de transporte práctico y no contaminante, nos comentaron que se usa cada vez menos
café del poeta con figuras de Neruda y su mujer Matilde

Paramos a reponer fuerzas en un foto café, tienda de fotos con cafetería y restaurante, muy bien decorada y con buena atención. El café suele estar muy rico en la mayoría de sitios y te lo sirven con un vaso de soda, lo más similar a nuestro café con leche es un cortado allí
foto café
De vuelta al parking, Zuce, que parece Félix Rodríguez de la Fuente, no pudo evitar acercarse a los perros que había en la plaza. Hay muchísimos perros abandonados, pero se les ve en buenas condiciones
haciendo amigos

También hay mercados por todas partes, Valparaíso es una ciudad con mucha vida en la calle y muy colorida
fresones con una pinta excelente, los llaman frutillas
Volvimos derechito no más hacia el hotel y charlamos de lo humano y lo divino frente al Pacífico. A la noche llegó Bárbara a reconfortarnos con su perpetua sonrisa y cerrar con buen broche un día duro para Vicente

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