El domingo nos levantamos con el pesar de la ida, aunque nadie decía nada. Durante el desayuno, Bárbara aprovechó a darnos unos regalos a Zuce y a mí y ya empezamos a llorar, a soltar a pocos las emociones contenidas
Metimos todo en el coche, buscamos aparcamiento por el centro y paseamos por las avenidas de Santiago. En la universidad católica de Chile había una exposición de arte contemporáneo de los alumnos, muy chula
Universidad
compartiendo experiencias
Hecho con hilos, superchulo
También visitamos el centro Gabriela Mistral, con salas de exposiciones, cafeterías y galerías comerciales, no pude hacer más fotos en ese momento, porque se agotaron las pilas de la cámara y no compré hasta un rato más tarde
tejado del centro cultural Gabriela Mistral
Después fuimos a comer, vuelta a por el coche y camino al aeropuerto
al salir de comer
El aeropuerto de Santiago no es Barajas, es mucho más pequeño, menos mal, llegamos a la zona de terminales bastante bien, aunque tuve que cruzar una mediana sin pensar cuando Bárbara empezó a gritar "rent a car, rent a car", como una posesa, en su perfecto inglés, vamos, que no sabía qué me estaba diciendo, pero allá que nos plantamos en un segundo en el parking de Europcar para dejar el coche, como unos profesionales
Facturamos las maletas y nos sentamos a tomar un café en la misma cafetería que cuando llegamos
Facturamos las maletas y nos sentamos a tomar un café en la misma cafetería que cuando llegamos
controlándome para no hacer pucheros, un poema
Llegó el momento de pasar por aduana y embarcar, el momento de la separación, intentas mantener el tipo, pensando que si no dejas ver tu pena, el otro sufrirá menos, pero no funciona así, los sentimientos no piden permiso y las lágrimas te salen de las entrañas
Después de una cola interminable, viendo como Vicen lloraba refugiado en Bárbara y tragando saliva para poder sonreir de vez en cuando, esperamos la entrada al avión mientras lo acondicionaban
Supongo que no soy la única que se pregunta cómo esos chismes gigantes se mantienen en el aire y llevan a su destino a 300 personas como si nada. En cuanto a la polémica sobre los elevados sueldos de los pilotos, en lo que a mí respecta, ya pueden cobrar lo que les de la gana y más, pagaría gustosa un impuesto, tendría mucho más sentido que la mayoría de los que pagamos, aunque solo cogieras un avión en tu vida
El avión de LAN (líneas aéreas chilenas) era bastante más nuevo que el de Iberia que nos tocó a la ida, estaba bastante más limpio y con más medios de entretenimiento
situándonos en el avión
Como a la ida, lo de dormir en el avión no es tarea fácil, aunque ves a un montón de gente tan panchos, incluso roncando. Salimos el domindo a las 20:00 hora de Chile y llegamos a Madrid el lunes a las 13:15 hora de España, indemnes de cuerpo y con el alma algo trastocada
Ahora nos queda recapitular y asimilar lo vivido allí